Esta reforma integral tenía dos premisas básicas como objetivo:

1. Actualizar la vivienda en cuanto a distribución, revestimientos e instalaciones.
2. Potenciar las posibilidades de la misma en cuanto a iluminación natural se refiere, pues su estado original tenía una distribución muy compartimentada en la zona de día (entrada, salón, cocina) que impedía que la luz atravesase las estancias. Por el contrario, la vivienda es completamente exterior, y desde una primera visita percibimos que el potencial de la iluminación natural que podía obtenerse estaba muy desaprovechado.

 Así pues, se respetó básicamente la distribución de la zona de dormitorios y se unificó entrada y salón, separados por un armario para la ropa de diario.

 La cocina se comunicó por una nueva puerta, más directa y funcional, con el salón creando una comunicación visual entre la terraza vividera de la cocina hasta la del salón.

 Otro de los puntos clave del proyecto era optimizar las alturas de los techos, pues como muchas viviendas de los años 70 los tenía muy bajos. Por ello se dejó vista una viga de hormigón armado, y se colocaron luminarias que no precisaban ser instaladas mediante falsos techos.

 El resultado final, es una vivienda completamente actualizada en cuanto a concepto que poco o nada tiene que ver con la original, quedando muy luminosa, diáfana y funcional y sin obviar los detalles que, como siempre, son los que marcan la diferencia.